martes, 17 de enero de 2012

Brasil busca convertirse en un país de inmigrantes profesionales

EL PAIS.COM 
JUAN ARIAS



Brasil prepara una alfombra roja para dar la bienvenida a miles de trabajadores extranjeros profesionales sin pasar por las horcas caudinas de la farragosa legislación de extranjeros de 1980. La secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República (SAE), por orden de la presidenta Dilma Rousseff, está elaborando una “nueva política de inmigración” que dará luz verde a los ya 400.000 trabajadores con cualificación profesional en espera para ser contratados por empresas brasileñas.
“Como Brasil es hoy una isla de prosperidad en el mundo, hay mucha gente bien preparada que quiere trabajar aquí”, ha explicado Ricardo Paes de Barros, coordinador del proyecto que prepara el Gobierno.
Para los trabajadores no profesionales, la legislación continuará, por ahora, sin cambios. A Brasil, que crece en su capacidad industrial, en la actividad de producción petrolera y que además está en vísperas de dos grandes acontecimientos mundiales como la Copa del Mundo del 2104 y los Juegos Olímpicos de 2016, le interesa mucho “la transferencia de tecnología”, reconoce el Gobierno, que quiere atraer a nuevos cerebros y pertrecharse de lo que más necesita: mano de obra especializada.
El nuevo proyecto SAE, elaborado por un equipo formado por economistas, juristas, demógrafos y sociólogos, deberá estar listo dentro de dos meses, según informa hoy el diario O Globo. La nueva legislación ha sido llamada de “inmigración selectiva”, ya que según Barros “va a definir hasta dónde llega nuestra generosidad y cómo vamos a ayudar a aliviar la pobreza del mundo absorbiendo a esos cientos de miles de trabajadores profesionales”. Es una nueva fase de inmigración después de 20 años en los que primaba la emigración.
Los inmigrantes extranjeros en busca de trabajo en Brasil que más han crecido han sido los españoles, con un aumento de un 45% en los últimos cuatro años. En general, el número de extranjeros llegados legalmente a Brasil ha crecido un 52,4% en el primer semestre de 2011. De enero a septiembre del año pasado, el Ministerio de Trabajo, a pesar de la compleja y burocrática legislación de inmigración actual, concedió 51.353 autorizaciones de trabajo a extranjeros, un aumento de un 32% en relación al mismo periodo de año anterior.
La concesión de visados de permanencia creció de un 67% de 2009 a 2010, mientras que dobló el número de procesos de naturalización hasta ayer muy difícil de conseguir.
Una de las condiciones para que las empresas brasileñas, o extranjeras que ya trabajan en Brasil puedan absorber la nueva mano de obra profesionalizada es que no podrán ganar menos de lo que ganaban en sus países de origen. Generalmente vienen ganando más.
Los extranjeros que ya trabajan estos últimos años en Brasil son unánimes en admitir que son “recibidos con gran cordialidad” por sus colegas de trabajo brasileños, sin la más mínima animosidad.
La única preocupación ahora de Brasil es que no se descontrole la llegada de extranjeros y todo se lleve a cabo por las vías legales. Existen denuncias de extranjeros que hoy llegan como simples turistas sobretodo al aeropuerto Tom Jobim de Río y de allí las empresas se los llevan en helicóptero hasta las plataformas de petróleo operadas por la multinacional Petrobrás.
Según el portal de reclutamiento online Monster, a lo largo del año pasado más de 80.000 trabajadores calificados dejaron su currículum en el sitio de la empresa interesados en encontrar trabajo en Brasil. En total son 400.000 los que tienen sus ojos puestos en Brasil en este momento.

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