Río de Janeiro. Brasil. (EFE).- Hasta febrero pasado, las autoridades calculaban el gasto público en las obras de infraestructura para el torneo organizado por la FIFA en 26.500 millones de reales (unos 12.300 millones de dólares).
Esas obras, que se adelantan en las doce ciudades que serán sedes del Mundial, abarcan desde la construcción de los estadios hasta proyectos viales y otros para mejorar la calidad del transporte público.
Los gastos públicos previstos para el Mundial, la pésima calidad y aumentos del precio del transporte público, generaron una ola de protestas por todo el país, que en algunos casos se registraron frente a los estadios en que se disputa la Copa Confederaciones, que comenzó el sábado.
Fueron durante el encuentro de apertura, disputado el sábado entre las selecciones de Brasil y Japón en Brasilia, y en el que jugaron México e Italia el domingo, en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
Las protestas sorprendieron a la FIFA, pero el coordinador de Responsabilidad Social de la entidad, Federico Addiechi, dijo este martes que las manifestaciones que ocurren en Brasil en plena Copa Confederaciones merecen "aplausos" y demuestran el "vigor de la democracia" que impera en el país.
"El derecho a manifestarse es una gran cosa y podemos ver cómo eso está pasando en un país democrático como es Brasil", declaró el funcionario de la FIFA, aunque un día antes el presidente Joseph Blatter sorprendió diciendo que "el fútbol es más fuerte que la insatisfacción de la gente".
Aunque el gasto público en esa cita deportiva figura junto con el aumento del precio del transporte como los principales motivos de las protestas, Addiechi dijo que debe "celebrarse" que la ciudadanía "luche" por sus derechos. "Está pasando en la Copa Confederaciones, pero si fuera en el Mundial de 2014, las personas tienen derecho a protestar y eso merece aplausos", indicó. EFE
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