domingo, 26 de diciembre de 2010

Brasil ya es la octava economía mundial


LANACION.COM.AR
Silvia Pisani
Corresponsal en EE.UU.


WASHINGTON.- A los ojos del Fondo Monetario Internacional (FMI) no cabe duda de que Brasil se consolida como la locomotora del crecimiento regional. Tanto es así que el país avanzó ya al octavo lugar en el ranking de las diez primeras economías mundiales, con lo que desplazó a España.

Así lo confirmó la entidad crediticia que, en el momento de abrir aquí su nueva asamblea semestral, hizo público el ranking de economías de los 181 países que, al término del año pasado, mantenían su condición de socios.


Con una economía que supera los 1,5 billones de dólares, Brasil relegó a España a un noveno lugar, con 1,4 billones de dólares. El cambio confirma una tendencia que ya había anticipado el Banco Mundial en su propio informe y se produce poco después de que la organización revelara en julio que China superó a Japón y pasó a convertirse en la segunda economía mundial.

Además, es otra muestra de cómo la crisis global ha dado una oportunidad a los países emergentes, en momentos en que muchos de los principales países desarrollados tienen problemas para salir de la recesión.

La información era más celebrada en Brasil de lo que llegaba a inquietar en España. Allí, en medio de una aguda crisis que sigue provocando estragos en el desempleo, la duda no era tanto eso sino por qué las cifras del FMI se distancian tanto de las que da el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

El primero habla de un crecimiento del 0,7 por ciento para la economía española, mientras que La Moncloa pronostica casi el doble: 1,7 por ciento. "Estamos trabajando para que las cifras se compatibilicen", dijo anoche la ministra de Hacienda, Elena Salgado. La funcionaria omitió decir en qué sentido sería la "compatibilización". Pero eso es otra historia.

Consagrada ya como la economía líder de la región, Brasil tuvo ayer su lugar en el puñado de cuestiones que pudieron plantearse en la conferencia de prensa en la que el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, explicó los aspectos centrales del informe "Perspectivas de la economía mundial".

En él, el FMI mejora sensiblemente las perspectivas para Brasil. Reconoce que su economía será "el principal motor" en la recuperación regional, con un crecimiento del 7,5% para este año y del 4,1%, para el próximo. De ese modo, supera en cuatro décimas las proyecciones que hizo en julio, cuando había pautado una evolución del 7,1 por ciento. En el mismo informe, la entidad subraya la "robusta recuperación" registrada en el bloque que, liderado por Brasil, también integran Chile, Colombia y Perú. Y que, en este mundo de siglas, bautizó formalmente como el cuarteto "LA-4".

A todos ellos les reconoce "impresionantes mejoras" en sus políticas macro, en un esfuerzo de varios años combinado con "políticas monetarias acomodaticias y fáciles condiciones de financiación externa", lo que fue favorecido, además, por el viento de los fuertes precios de las materias primas. Pero, como no es oro todo lo que brilla, el organismo dirigido por Dominique Strauss-Kahn previno sobre los riesgos de una sobrevaloración del real como consecuencia de la corriente de divisas que está recibiendo el país. Y recomendó para ello una mayor austeridad fiscal, que también ayudará a reducir "la vulnerabilidad derivada de la deuda pública".

Justamente la valuación del real se planteó durante la conferencia de Blanchard. "Sería riesgoso" que Brasil "cerrara la puerta" a esos flujos, sino que sugirió esfuerzos para "canalizarlos donde mejor puedan ser aprovechados" y para asegurarse de que provocarán "la creación de una burbuja financiera, como se ha visto en el pasado".

Blanchard cedió la palabra a la economista Rupa Dutta Gupta, que consideró que otra de las medidas que ayudarían a evitar el recalentamiento sería reducir el gasto público, para quitar presión al Banco Central del país. Una tarea que quedará como desafío para el sucesor de Luiz Inacio Lula da Silva.

En las últimas semanas, el gobierno de Lula admitió preocupación por la presión sobre su moneda y el golpe que eso significa para su competitividad comercial. "Es el precio del éxito y de la buena gestión", dijo.

Hace apenas unos días, su gobierno dio luz verde a un aumento del 4% en el impuesto que aplica a los inversores extranjeros que compran bonos locales con el fin de intentar frenar el empuje sobre el real. Strauss-Kahn, en tanto, previno ayer sobre "la trampa cambiaria" en la que podrían caer economías que intenten políticas agresivas contra el dólar.

Junto con el desempeño de Brasil y Chile, Colombia y Perú, en la región se destacó también el curso seguido por México y Uruguay, mientras que Venezuela vuelve a ser el país que, a diferencia del resto, no tuvo crecimiento sino, por el contrario, una contracción. Incluso Haití, a pesar del devastador terremoto, experimentará crecimiento. Para la Argentina se espera una evolución del 7,5 por ciento (ver Economía).

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