Por Alejandro Gómez
Brasilia, (PL) La confirmación de la desaparición del tumor en la laringe del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y su retorno a la vida política nacional sobresalieron en Brasil la semana que concluye hoy.
Exámenes realizados el miércoles al exmandatario constataron la desaparición del tumor, detectado en octubre pasado y contra el cual realizó tres sesiones de quimioterapia y 33 de radioterapia, las cuales concluyó el 17 de febrero pasado.
El reporte del equipo médico que atiende al exmandatario, dirigido por Roberto Kalil Filho, precisa que Lula continuará sus sesiones de fonoaudiología e iniciará un programa de evaluaciones periódicas.
Poco después de recibir la noticia, Lula grabó un vídeo en el cual agradece las muestras de apoyo durante el tratamiento y anunció su retorno a la actividad política más maduro y callado.
Calvo aún por los efectos de los medicamentos y con la voz un tanto más ronca (por la inflamación en la garganta) de la que lo caracteriza, el expresidente dijo volver
a la militancia política con más cuidado, más maduro, más callado, pensando primero en cuidar de la salud, pero por encima de todo para continuar luchando para ver si conseguimos mejorar un poco más la vida del pueblo brasileño.
Al día siguiente, en la primera entrevista tras confirmarse la desaparición del tumor, Lula aseveró que teme más perder la voz que morir y dejó abierta la posibilidad de postularse nuevamente.
"Tenía más preocupación de perder la voz que de morir. Si perdiera la voz, estaría muerto. Hay personas que hablan que no tienen miedo de morir, pero yo sí tengo. Si supiera que la muerte está en China, voy para Bolivia", aseveró Lula al diario Folha de S.Paulo.
"Las personas no saben qué es peor, si la quimioterapia o la radioterapia. Unos dicen que es la quimio, otros que es la radio. Para mi, las dos son un desastre. Una es una bomba de Hiroshima y la otra no sé que bomba es. Las dos son arrasadoras", sostuvo.
Interrogado sobre su anunciado retorno a la vida política brasileña, Lula señaló que tomará las decisiones con el tiempo, ahora -adelantó- no cumpliré la misma agenda loca y alucinante que hice en los 10 meses posteriores a dejar la presidencia el 1 de enero de 2011 hasta detectarle el tumor el 29 de octubre.
"Voy a hacer menos cosas, con más calidad, participar de las elecciones (municipales de octubre venidero) de forma más selectiva, ayudar a mi compañera Dilma (Rousseff, presidenta de Brasil) de forma más selectiva en aquello que ella entienda que yo pueda ayudar. Volveré más tranquilo", subrayó.
Sobre la candidatura de Fernando Haddad a la prefectura de Sao Paulo por el gobernante Partido de los Trabajadores, el expresidente aseguró que es la mejor propuesta y vaticinó una sorpresa similar a la acontecida con Rousseff, cuando muchos no creyeron que ella fuera capaz de ganar la presidencia brasileña.
En cuanto a una posible disputa de la presidencia, Lula respondió que para él no hay 2014, 2018, 2022 (años de las futuras elecciones generales en este país). Mi voluntad ahora es ayudar a Rousseff a ser mejor presidenta y trabajar por su reelección, en la cual tendré el inmenso placer de ser su paladín.
Eso solo no acontecerá si Rousseff no quisiera ser candidata a un segundo mandato, agregó.
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