BRASILIA, 8 abr (Xinhua) –- El ascenso global de China en los últimos años presenta una serie de oportunidades y desafíos a Brasil en el plano económico, comercial y político, que deben ser el foco de la visita de Estado de la presidenta Dilma Rousseff a China del 11 al 15 de abril. Un estudio divulgado este viernes por el Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA), vinculado con la presidencia de la República de Brasil, apuntó las coordenadas principales del escenario que se presenta a Brasil con la ampliación de sus relaciones económicas con China.
El documento "Las relaciones bilaterales Brasil-China: el ascenso de China en el sistema mundial y los desafíos para Brasil" fue producido por el IPEA en cooperación con el Ministerio de Relaciones Exteriores, en función de la visita de Rousseff la próxima semana.
Según el economista Eduardo Costa Pinto, uno de los coordinadores del estudio, el fuerte crecimiento del intercambio bilateral y el reciente aumento de las inversiones chinas en Brasil permitieron al país reducir su vulnerabilidad externa, y al mismo tiempo presentan el desafío para la industria local de aumentar su competitividad.
Recordó que China es el mayor socio comercial de Brasil, el principal destino de sus exportaciones y el segundo proveedor de productos importados, sólo atrás de Estados Unidos, aunque rápidamente debe ocupar también el primer lugar. Un gran desafío en el campo económico es aprovechar la experiencia china de “catching-up” (puesta al día) de nuevas tecnologías, para aumentar la difusión tecnológica en la cadena productiva brasileña. El texto apunta que los dos países pueden obtener beneficios mutuos en la cooperación científica y tecnológica.
"Si, por un lado, Brasil puede contribuir con el avance tecnológico de China en el campo de petróleo, de energía, de minerales y alimentos, por otro lado, China puede contribuir con el avance tecnológico de Brasil en el ámbito de la industria intensiva de tecnología, de la industria aeroespacial y del cambio del paradigma energético para energía limpia", señala el texto.
En el plano financiero, el establecimiento de mayores lazos entre instituciones chinas y brasileñas, como los bancos de desarrollo de ambos países, podría representar una elevación del uso de recursos financieros chinos para garantizar la expansión de la inversión en Brasil. El Plan de Acción Conjunta 2010-2014, firmado en 2009, con reuniones previstas para 2011, señala el documento, debe constituirse en un espacio de negociaciones comerciales y de inversión buscando orientar las políticas en las diversas áreas de relación.
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